5 consejos para relacionarse con la persona e influir sobre el árbitro
Si ayuda nos lo callamos porque el mérito es del equipo, y si perjudica lo señalamos porque la culpa hay que repartirla. En un deporte donde el reglamento se interpreta, pocos apoyan el uso de la tecnología para rectificar los fallos humanos y todos son expertos en reglas de juego, el árbitro está siempre en medio de la polémica.
La competición nos expone a una gran cantidad de estímulos que afectan el funcionamiento psicológico de entrenadores, jugadores y árbitros. Para acercarnos a su comprensión, vamos a analizar algunos de los condicionantes que influyen en las decisiones de los colegiados, y ofreceremos 5 herramientas básicas para que el entrenador se relacione de una forma más positiva con él. Para ello, partimos de una premisa fundamental en las relaciones humanas: el buen trato nos acerca en el nivel emocional y cognitivo (ej. refuerzo positivo), y nos hace más influenciables, y lo contrario, nos desagrada y alejaG de las personas.
Vamos a ver cómo aplicar esta idea con los árbitros, orientados a tres objetivos y siempre desde la legalidad que permita el reglamento: 1) ayudar a que el árbitro rinda al 100% mentalmente durante el partido; 2) aumentar la probabilidad de que nos ayude o no nos perjudique; y 3) que ante la duda, esta juegue a nuestro favor.
Este es un tema que suele ser polémico para los entrenadores y, es por ello que sugerimos esforzarnos por analizar de forma objetiva las ideas que se plantean. Dicho esto, partimos de la idea de que el árbitro sale al campo con la intensión de hacer un buen arbitraje. Lo que suceda en su desarrollo es, de lo que vamos a hablar.
Para comenzar, vamos a plantear algunos interrogantes a los que debemos responder como entrenadores/técnicos y preguntarnos el por qué. Respecto al árbitro de fútbol…
- ¿Con qué frecuencia lo señalo como el responsable de los malos resultados?
- ¿Qué actitud transmito a los jugadores y entorno hacia la figura del árbitro? ¿Tiende a ser positiva, negativa o indiferente?
- ¿Afronto los partidos predispuesto y de forma negativa?
- Cuando acierta en sus decisiones ¿se lo reconozco? O ¿sólo le doy feedback cuando comete fallos?
- Si está siendo presionado por el contrario, ¿me he preguntado cómo puedo ayudarle a sobrellevar esta situación?
- ¿Alguna vez he pensado cómo se siente cuando se ha dado cuenta que se equivocó, no fue su intensión, no lo puede cambiar y quedan 65 minutos de partido? No vale responder: “me da igual, ¿y cómo me voy a sentir yo cuando se carga el trabajo de toda la semana?”.
- ¿Conozco en profundidad el reglamento? ¿Sacaría un sobresaliente en el examen de reglas de juego?
- ¿Conozco el número de decisiones que debe tomar a lo largo de un partido?
- ¿Por qué a veces no pita todo lo que ve, es “chulo”, provocador o influenciable?
- Después de un partido polémico, ¿De verdad se irá tranquilo a casa? O ¿Lo pasará mal porque sabe que no estuvo a la altura?
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Autor: Santiago Rivera Matiz
Publicado el 17 abril, 2013 en árbitros, comunicación, deporte, entrenadores, fútbol, planificación, psicología del deporte, Toma de decisiones y etiquetado en comunicacion, deporte, entrenadores, fútbol, planificación deportiva, psicología del deporte. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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