¿He sido un buen líder esta temporada? 25 preguntas para evaluarlo


Llegan las vacaciones y con estas el momento de evaluar nuestro rendimiento como líderes. Si miramos atrás, de la temporada que acaba de terminar recordaremos numerosas experiencias: esa charla impactante que ayudó a remontar un partido, esos ejercicios que no terminaron de “cuajar“ y que el equipo no entendió, ese fallo que sigo cometiendo o muchas otras que nos pueden dejar grandes aprendizajes.

El ejercicio de autoreflexión, donde nos preguntamos cómo lo hicimos, es sumamente valioso para seguir mejorando. Darnos cuenta de esos aciertos, de cómo hemos “pulido” nuestras competencias y de la forma como las podemos perfeccionar, nos enseña la hoja de ruta que habremos de seguir en nuestro “reciclaje personal”.

Aquí nos enfrentamos con una dificultad: como personas tendemos a seleccionar lo que nos da satisfacción, como los logros, y a prestar menos atención a lo que nos hace sentir mal, como las derrotas. Todo hay que valorarlo en su justa medida, con objetividad pero siendo positivos.

Dicho esto, después de tantos entrenamientos y partidos,  tomémonos ahora el tiempo de pensar algunas cuestiones: ¿hemos sacado el máximo rendimiento del equipo? ¿Hicimos algo para que el entorno (público, familia o prensa) lo influyera positivamente? ¿Rendimos al máximo como entrenadores? En definitiva, ¿sabemos qué pudimos haber hecho mejor? Y lo que es aún más difícil, ¿sabemos cómo cambiarlo?

Las siguientes 25 preguntas pueden ayudarnos valorar nuestros avances desde un  enfoque diferente al resultado de la clasificación: nuestras competencias de liderazgo. Vamos allá:

Pensemos respecto a la temporada si…

1. ¿Mejoré mis conocimientos y habilidades?

Partidos de una premisa: siempre podemos aprender algo nuevo. Para ello habrá que actualizarnos, asistir a cursos y jornadas, compartir experiencias con otros entrenadores, escuchar consejos o  formarnos.

2. ¿Estoy más motivado?

Dando por hecho que a todos nos encanta entrenar, si conocemos la técnica de establecimiento de objetivos y la aplicamos bien, podremos mantenernos automotivados a lo largo de cada temporada.

3. ¿Conozco mejor mis fortalezas y debilidades?

Aumentar la conciencia sobre los logros ayuda a fijar y potenciar el aprendizaje. Así mismo, saber qué es necesario cambiar ayuda a crecer y a dar menos ventajas al contrario.

4. ¿Controlé con más eficacia mis emociones?

Ayuda mucho aplicar técnicas de relajación, pensar de forma más positiva, mejorar nuestras rutinas o reducir la incertidumbre con una buena planificación. El entrenador es el primero que tiene que demostrar autocontrol y debe ser consciente de que las emociones, buenas o malas, se contagian y condicionan el clima del equipo.

5. ¿Me importó menos la opinión de los demás al tomar decisiones?

En alguna medida lo que otros piensen es importante, aunque esto no debe condicionar nuestras decisiones. De cada uno depende si quiere o no dignificar la autonomía del entrenador haciendo lo que considere será más beneficioso para el equipo.

*Para ver el artículo completo es necesario ingresar a la revista digital futbol-táctico.com

Autor: Santiago Rivera Matiz

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Publicado el 19 junio, 2012 en entrenadores, entrenamiento integrado, fútbol, liderazgo, planificación y etiquetado en , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

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