Vídeos motivacionales: Consejos para aprovecharlos mejor
El uso de vídeos motivacionales se ha extendido en los últimos años. Entrenadores y clubes del fútbol profesional y modesto los utilizan, cada vez más, como un recurso para aumentar el compromiso de jugadores y afición. Estos últimos suelen ser los protagonistas, pero también han participado lobos, leones, personajes de ficción dando discursos inspiradores y hasta deportistas haciendo de guerreros, pintándose la cara antes de salir a luchar. Recientemente, un futbolista personificó a un herrero forjando el escudo de su equipo. Ha llegado el momento de las eliminatorias y en breve los agónicos finales de temporada, y con estos, los vídeos que auparán en situaciones de presión. La pregunta es: ¿Ante estos partidos siempre se debe motivar? Y la respuesta es no, no siempre. Depende del equipo y de la situación. Este artículo analiza las magníficas prestaciones que nos ofrecen este tipo de recursos y las distintas formas de utilizarlo para mentalizar de forma adecuada a los equipos de fútbol.
Hablar de mentalización es hablar de la preparación psicológica del equipo de una forma determinada, es decir, para que compita al máximo nivel en un partido y contexto específicos. Es un proceso distinto en cada ocasión e implica la interacción de una gran cantidad de elementos (técnicos, tácticos, físicos, estratégicos, mentales, ambientales). Ante esta complejidad tan propia del fútbol, para salir airosos se necesita aplicar una serie de aprendizajes previos. Es decir, que en situaciones límite, lo que no se tiene entrenado y aprendido, no suele funcionar. Es por ello que el vídeo que se utilice debe contener mensajes que activen habilidades que se dominan previamente con maestría. A veces toca improvisar, sí, pero esto suele producir desconfianza, lo cual se previene con una correcta planificación.
Como se ha mencionado antes, los vídeos suelen perseguir un objetivo: motivar. La razón es simple: es la habilidad psicológica más importante y el principal reto (en el aspecto psicológico) de la gestión del grupo. Saber motivar es un arte y con los años los entrenadores pueden volverse expertos en ello. Su esfuerzo como líderes suele enfocarse en mantener al equipo comprometido con el esfuerzo diario y el trabajo intenso. Sin embargo, hay otras variables mentales que no se trabajan mucho: el control emocional, la regulación de la tensión, y la recuperación del foco atencional o de la autoconfianza. Y con esto se nos referimos a pedir calma o concentración, sino a enseñar cómo conseguirla en situaciones de presión.
La motivación es clave, pero no la única variable psicológica implicada en el rendimiento mental. Por lo tanto, los vídeos no sólo deben motivar, deben mentalizar, ojalá la totalidad de funcionamiento del jugador y del equipo. Por ejemplo, ¿por qué no aprovechar e incluir imágenes de los conceptos tácticos claves? Serían mucho más ricos en contenido y cumplirían no sólo una, sino con varias tareas a la vez. Recordar una situación de éxito táctico (recuperar un balón en medio campo y finalizar la jugada con gol) al tiempo que se está inmerso y motivándose con las imágenes. Así, los vídeos dejarán de ser el jugador lateral izquierdo sin mucho recorrido y zurdo cerrado, y pasarán a ser ese futbolista que domina las dos piernas, recorre la banda, que puede cumplir de central y de mediocentro, y, que encima, es líder. Con esto queremos decir que los vídeos motivadores no sólo sirven para motivar, se pueden aprovechar para mucho más.
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Autor: Santiago Rivera Matiz
Publicado el 27 marzo, 2013 en fútbol, fortalezas mentales, motivación, planificación, psicología del deporte y etiquetado en fútbol, motivación, planificación deportiva, psicología del deporte, vídeos. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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